Habría que preguntarse si al traducir un documento académico el traductor debería ser acreditado por el autor del texto. La traducción se podría considerar como una co-autoría, sobre todo cuando el traductor tiene que adaptar el texto con el fin de que el documento pueda ser leído en el idioma de destino de forma natural, clara y concisa.
Últimamente hay varios cambios en los requisitos académicos de las universidades, y es más usual la obligación de presentar frecuentemente trabajos de investigación para las publicaciones académicas periódicas y así confirmar la situación académica.
Muchos traductores tienen bastante trabajo adicional debido a que las principales revistas académicas tienen exigencias estrictas con respecto a la calidad de los textos que reciben antes de la publicación de los escritos, sobre todo si se trata de inglés o alemán. Los autores de los artículos, aunque por lo general conocen bastante bien la terminología en su área de especialización, tienen problemas serios para poder escribir en un buen nivel en inglés, alemán o castellano.
La pregunta sería si de alguna manera, al entregarse los artículos listos, se debería también dar crédito al traductor. Sobre todo, porque tal vez se eximiría a los autores de los artículos de haber transgredido algunas normas académicas, al no revelar que no escribieron el texto completamente solos, además de recibir una exención de responsabilidad en caso de incongruencias.